Descubren una mutación genética que ayudará a detectar precozmente algunos tumores raros
Investigadores del CNIO
Según informa la agencia Sinc, hace unos años, Javier Benítez, director del grupo de Genética Humana del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), fue contactado por Pablo García Pavía, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro. Este cardiólogo estaba tratando a dos hermanos con una rara forma de cáncer, un angiosarcoma cardiaco (CAS).
«En aquella época probamos algunas ideas, pero sin éxito», explica Benítez. Ha habido que esperar a las modernas técnicas de análisis del genoma para descubrir el problema genético de los hermanos. El hallazgo abre una vía para identificar familias con CAS portadoras de una alteración en el gen responsable, cuyos miembros podrían beneficiarse de un diagnóstico precoz y de un tratamiento adecuado.
Los investigadores del grupo de Benítez retomaron el caso de los hermanos con CAS recientemente. Tras secuenciar su exoma —la parte del genoma que se traduce a proteínas y por tanto la que más influye en el estado del organismo—, hallaron la causa de su enfermedad en una mutación en un gen llamado POT1.
La identificación de este gen les conducía directamente a otro grupo del CNIO, el de Telómeros y Telomerasa, liderado por María Blasco. POT1 es una de las proteínas componentes del escudo protector de los telómeros —las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas—, y recientemente ha sido identificado como responsable de otras formas de cáncer hereditario: el melanoma y el glioma familiar.